Estar embarazada en primavera supone para algunas mujeres una serie de inconvenientes, especialmente si se sufre de alergia. No siempre se puede predecir de qué manera reaccionará el sistema inmune durante la gestación por lo que, en caso de padecer alergias, es importante planificar previamente con el ginecólogo qué tratamiento se podrá seguir con efectividad. Así, aunque los antihistamínicos suelen ser los más utilizados por los alérgicos, es necesario interrumpir su dosis durante el embarazo y ayudarse a través de otras alternativas.
Es importante saber que no es aconsejable tomar algún tipo de tratamiento farmacológico durante los tres primeros meses de embarazo, puesto que este es el periodo de formación del feto.
- Evita todo tipo de factores que desencadenen un ataque alérgico: polen, polvo, el cloro, algunos perfumes… y en general olores fuertes o desagradables.
- Lávate las manos asiduamente para evitar el contagio de virus.
- Evita exponerte al exterior en días de mucho viento, especialmente no acudas a zonas verdes, ni tiendas la ropa fuera…etc.
- Bebe muchos líquidos e ingiere fruta rica en vitamina C.
- Realiza lavados de las fosas nasales con agua tibia o suero fisiológico para paliar los síntomas.
- No ingieras ningún descongestionante.
Cómo diferenciar una alergia de un resfriado
Ambos comparten síntomas en común. No obstante, existen diferencias entre una alergia y un resfriado.
El resfriado tiene antecedentes epidemiológicos, es decir, la persona que lo padece por lo general estuvo en contacto antes con otra persona enferma, mientras que la alergia surge espontáneamente. Además, el resfriado presenta síntomas como picazón, estado febril, dolor corporal y molestias digestivas en ocasiones, mientras que las alergias no muestran estas condiciones, salvo la picazón y la mucosidad.